abril 16, 2007

PROHIBIDO AMOR
a Carlos Arellano

Nuevamente la persigo y ella corre, la alcanzo y se defiende. Comienza la pelea por conquistarla. Forcejeamos rabiosamente, caemos y rodamos cuesta abajo. Me concentro en poseerla y ella en impedírmelo. La lucha arrecia y, en un descuido, me toma por el cuello, me sacude con saña y me lanza destrozado. Otra vez me abandona herido, humillado. Después de todo, ¿qué puedo hacer contra una hembra dóberman, yo, un simple perro chihuahueño?


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